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Máscara

Nos comportamos de maneras que no elegimos. Usamos máscaras, personajes. Cuánto más duele la verdad, más lo hacemos. Cuánto más dolió en la infancia, más difícil salir. A mayor herida, más fijado ese ego. Es como un disfraz, que te pones sin poder controlarlo. Compulsivamente, te levantas y te pones ese mismo vestido, ya no te queda, es pequeño, o es invierno y vas a tener frío, pero te lo pones igual. Es curioso porque puedes tener cosas opuestas en ti: blanco y negro. Al final son dos caras de la misma moneda. Si luchas contra ello, te acaba controlando, es un círculo vicioso.
¿Qué pasa? Que no sabemos salir sin ellas, nos da miedo.
¿Quién soy yo sin mi herida?